Las heridas que dejó el Atlético de Madrid en el seno de la comunidad merengue aún no sanan. La fiesta de Cristiano, la prudente celebración de Iker Casillas a su esposa Sara Carbonero, y ahora, la reunión privada que sostuvo Florentino Pérez con su colegas, han sido razones suficientes para que la entidad madridista esté molesta.
Según MARCA, el propio presidente también acudió a una fiesta de cumpleaños tras el partido en el Vicente Calderón. Florentino fue al restaurante El Babero, que dirige su hija Cuchi Pérez, en el madrileño barrio de Las Tablas. La reunión estaba programada para celebrar el cumpleaños 75 de Nicolás Martín-Sanz, presidente del Castilla, y amigo querido de la Junta.
El protagonista de la noche sopló las velas y entonó al ritmo de José Mercé varias melodías. El festejo se llevó de manera discreta, olvidando por completo la masacre que se había gestado unas horas antes en la casa del 'Atleti'.