Por José Rivero
Meter tres goles en 17 minutos, remontar un 4-0, que tu rival termine con uno menos, que fallen dos penales y aún así terminar eliminados, sólo puede pasar en un torneo y no juanático, no es la Champions League, sino la Libertadores.
En el partido de ida entre el Wilstermann y Vasco da Gama, los brasileños ganaron 4-0, ya se sentían con no sólo el pie, sino el cuerpo completo en la siguiente fase de la Libertadores. Lo que nunca creyeron es que los bolivianos podrían meterles un buen susto y lo hicieron.
En el de vuelta, Wilstermann empató el global a cuatro goles y obligó a mandar a los penales, ni uno ni otro se mostró fino, entre los dos fallaron cinco lanzamientos. Al final la tanda terminó 2-3 a favor del Vasco da Gama. Fue ahí que la noche mágica de Wilstermann terminó. Quedaron eliminados.
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Este tipo de partidos en Libertadores ya son comunes para el equipo boliviano, el año pasado golearon a River Plate 3-0 y en la vuelta los de Argentina los recetaron con ocho goles, una vez más quedaron fuera de la Libertadores.
Tal vez son el Liverpool de Sudamérica.