Al principio del torneo todo era miel sobre hojuelas por el regreso al Azteca. Sin pretextos ni excusas, la afición de la Máquina acudía al estadio para apoyar a su equipo en la nueva aventura. Pero todo ha cambiado.
Frente al Atlas, las playeras azules escasearon en las tribunas. Las tomas televisivas mostraron butacas vacías y los micrófonos apenas pudieron captar contados gritos de gol. Fue el triunfo menos vitoreado de la temporada.
Las burlas hacia otras aficiones por no apoyar a los suyos, como a la del América por no aparecerse en las gradas, se acabaron. Con poco más de la mitad del Apertura 2018 avanzado, Cruz Azul por primera vez se vio castigado por su jugador número 12, un jugador que se cansó de mostrar amor incondicional en el Coloso.
¿Culparán a la lluvia o saldrán con el argumento de que ser superlíder aburre? Es probable, no se sabe de cierto, que quizá comiencen a alejarse de forma paulatina para no sufrir de golpe la constante desilusión cruzazulina.