Para ocupar su lugar como técnico en el Manchester United, Alex Ferguson quería al mejor entrenador del planeta. Su trabajo había sido legendario y dejaba un espacio difícil de llenar. Al final, el hombre que llegó a Old Trafford fue el sexto en su lista: David Moyes.
¿Quién ocupaba el primer lugar? Se trataba de Pep Guardiola, pero no estaba “disponible” en aquel momento. En su nuevo libro “Leading”, el técnico describe el proceso de selección detrás del malogrado acuerdo con Moyes, que duró menos de un año después de que sustituyera a Ferguson tras su retiro en 2013.
“Le pedí a Pep que me llamara antes de aceptar una oferta de otro club, pero no lo hizo y terminó uniéndose al Bayern Munich en julio de 2013”, escribió Ferguson en su obra. “Cuando comenzamos el proceso de búsqueda de mi reemplazo, vimos que varios candidatos muy deseables no estaban disponibles“, afirmó.
Ferguson dijo que José Mourinho se había comprometido con Roman Abramovich para volver al Chelsea, y que Carlo Ancelotti le sucedería en el Real Madrid. “También sabíamos que Jürgen Klopp era feliz en el Borussia Dortmund y firmaría un nuevo contrato. Además, Louis van Gaal se había comprometido a llevar a Holanda a ganar la Copa del Mundo de 2014”, agregó.
Aún así Ferguson defendió los antecedentes de Moyes, aunque criticó la decisión de cambiar al equipo técnico que estaba en el club cuando tomó el cargo. “No tiene sentido cambiar repentinamente rutinas con las que los jugadores se sienten cómodos. Es contraproducente, socava la moral e inmediatamente provoca que los jugadores cuestionen los motivos del nuevo técnico”.
Sobre su sentir…
Aunque Ferguson mostró un carácter fuerte durante su estancia en el club inglés, expresó lo complicada que es la vida personal de un director técnico.
“Una noche vi a mi mujer (Kathy Ferguson) delante de la televisión y mirando al techo. Se sentía muy sola. Entonces le dije que iba a dejarlo por el bien de ella. Siempre me estaba esperando. Incluso si llegaba a las dos o las tres de la mañana, Kathy estaba allí para saludarme”.
En su largo mandato en Old Trafford, donde consiguió 13 títulos de la Premier League y dos Champions League, Ferguson consideró a modo personal que solamente a Eric Cantona, Ryan Giggs, Paul Scholes y Cristiano Ronaldo, fueron los únicos futbolistas de clase mundial que le tocó comandar.
Sir Alex omitió de su nómina a jugadores como Roy Keane, Rio Ferdinand, David Beckham, Peter Schmeichel y Wayne Rooney. Pero apuntaló que “Ellos hicieron la diferencia y la evidencia está ahí“.
Por último afirmó que no le molestaba tratar con jugadores egocentristas como Ronaldo. “Solías ver a Cristiano delante del espejo gustándose. Pero hay que aceptarlo. Tratar con un ego nunca me ha molestado. Es una vanidad bonita. Los jugadores le solían tirar las espinilleras, las botas y a él no le molestaba. Los jugadores tienen la necesidad de ganar y los que tienen más ego, un poco más”.
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