El deporte mexicano está de luto tras darse a conocer el fallecimiento de la tenista mexicana, Yolanda Ramírez. Quien pereció este 9 de marzo a la edad de 90 años. Y la cual es considerada la mejor tenista mexicana de la historia tras abrir brecha para sus compatriotas en este deporte tan elitista a punta de innumerables logros.
¿Quién es la mejor tenista mexicana de la historia, Yolanda Ramírez y de qué murió?
Fue tanto el Gobierno de Puebla, como la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte en México los que por medio de sus redes sociales dieron a conocer el sensible fallecimiento de Yolanda Ramírez. Quien un día antes de perecer habría llegado a los 90 años de edad.
Oriunda de Teziutlán, Puebla en 1935. Doña Yolanda Ramírez inició a temprana edad sus pasos en el tenis, donde destacó por su talento natural. Al grado que dicha calidad la llevó a conquistar más de 30 títulos individuales y en parejas. Que incluyen campeonatos de Juegos Panamericanos y más en las décadas de los cincuenta y sesenta.

Pero sus más grandes éxitos los consiguió en Roland Garros, ganando el Abierto de Francia en modalidad de dobles y dobles mixtos. Fue para 1958 cuando consiguió tocar la gloria en tierras parisinas junto a otra mexicana, Rosa María Reyes, venciendo a Mary Bevis Hawton y Thelma Coyne Long.
Ese mismo año, consiguió otro logro en el mismo Roland Garros, pero en esta ocasión al ganar en dobles mixtos. Donde junto al británico Billy Knight superó al mítico Rod Laver y a Renee Schuurman en dos sets, consolidándose como una de las grandes estrellas mundiales con apenas 23 años.

A pesar de que haber logrado llegar a la final del Abierto de Francia en dos ocasiones en individual. Yolanda Ramírez no logró finiquitar la serie y perdió en 1960 ante Darlene Hard y en 1961 contra Ann Haydon-Jones. Sin importar dichos resultados, consiguió ser inducida al Salón de la Fama del torneo, además del de Wimbledon.
Hasta el momento se desconocen las causas de su muerte, pues según fuentes revelaron a JuanFutbol, Doña Yolanda Ramírez se mantenía sana, aunque con los achaques de la edad. Pero se desconocía si padecía una enfermedad grave que pudiera afectarle más de la cuenta.