Gabriel Batistuta decidió retirarse del futbol profesional en 2005 y seguramente nunca esperó vivir tal sufrimiento por dolencias en los tobillos apenas un par de día después de abandonar las canchas. El máximo anotador para Argentina en Mundiales (10 goles), recordó la que la desesperación por el dolor lo llevó a orinarse en la cama con tal de no levantarse al baño.
Con una exitosa carrera en Argentina y en Italia que decidió concluir tras defender la camiseta de la Fiorentina, la Roma y el Inter de Milan, Batistuta pedía a gritos la amputación: “Me fui a ver al doctor (especialista en traumatología y ortopedia Roberto) Avanzi y le dije córtame las piernas. Me miró y me contestó que estaba loco. Yo insistía, no podía más, vivía malhumorado. No puedo contar el dolor, es imposible transmitírselo a la gente”.
Sin embargo, el médico le sugirió “una fijación de tobillo por medio de tornillos” para reducir el sufrimiento. “Me pidió que eligiera en qué pierna hacerlo, porque en las dos no se podía. Fue la derecha, me daba lo mismo. Mi problema es que no tengo cartílagos ni tendones. Mis 86 kilos están apoyados sobre los huesos. Y el hueso contra hueso me generaba dolor”, agregó Batistuta, quien desde hace algún tiempo practica golf.