Sólo se habían jugado 17 minutos cuando se escuchó una fuerte explosión. El público del Stade de France estaba aquí para divertirse y pensó que se trataba de una de esas bombas agrícolas que explotan a veces en los estadios. Que ese tipo de bomba explotara en un recinto tan moderno y resguardado cómo el Stade de France podía parecer extraño, pero la gente estaba simplemente metida en el partido y festejó la explosión con espíritu infantil. Se trataba de una noche para disfrutar, de un partido de lujo entre Francia y Alemania, el campeón del mundo. La primera explosión fue seguida de otra, unos segundos después. Mismo ruido, mismo festejo: nadie podía sospechar lo que se tramaba afuera del recinto : los atentados los mas sangrientos de la historia de Francia.
Al principio del segundo tiempo, las informaciones empezaron a filtrar en los medios y en las redes. Unos tiroteos en bares y restaurantes de Paris, rehenes en una sala de espectáculos… pero en el Stade de France, el partido transcurría con toda normalidad. Justo antes del descanso, al minuto 45, Olivier Giroud había anotado el primer gol de una noche que parecía dulce. Los Bleus jugaban bastante bien ante el campeón del mundo. En un costado de la cancha, André-Pierre Gignac calentaba antes de entrar al minuto 68. El goleador de Tigres hacía su regreso tan deseado con los Bleus sin saber que Francia ya había dejado de interesarse en ese duelo de prestigio. En ese momento, ya se sabía que François Hollande, un presidente muy futbolero, había sido evacuado del estadio y un helicóptero volaba arriba del recinto. Mientras tanto, para Gignac parecía una noche soñada. Luego de un año de ausencia con los Bleus, anotaba el segundo gol del partido al minuto 86.
En las redes sociales, algunos consideraban como indigno que se siguiera jugando a pesar de todo. ¿Pero cómo hubieran reaccionado los 80 mil aficionados si se hubiese interrumpido el partido por razones de seguridad? “No dijimos nada al público al medio tiempo porque no queríamos provocar pánico”, dijo en los pasillos del Stade de France el presidente de la Federación Francesa de Futbol, Noël le Graet. “Al final del partido informé a los jugadores”. En unas imágenes, se vio a varios seleccionados franceses mirando los noticieros desconcertados y espantados. “Estamos conmocionados y horrorizados”, consideró por su parte el director técnico de Alemania, Joachim Low.
Al final del partido, todavía faltaba evacuar a 80 mil personas. Unos se fueron justo después del silbido final, antes que la autoridad avisara que “por seguridad” nadie podía salir. En ese momento, la cancha del Stade de France empezó a llenarse de aficionados aterrorizados. Por fin, como lo informa Eurosport.fr, se autorizó la gente a salir a las 23:15, media hora después del final del partido. Según varios medios franceses, por lo menos una de las explosiones que se escuchó durante el partido fue provocada por un atentado suicida en un bar cercano al Stade de France que provocó por lo menos cinco muertos. Se informó a la medianoche que hubo por lo menos 42 muertos este viernes sangriento en Paris. En el Stade de France, los Bleus ganaron ante Alemania (2-0), pero Francia perdió mucho.