Por Víctor Yahir Cruz
El Chelsea planea remodelar su estadio para hacerlo más bonito y además aumentar su capacidad de 42 mil 60 mil espectadores. Seguro que a los aficionados blues les gusta esta noticia, aunque hay un caso en especial al que no le agradaba nada este proyecto.
Se trata de la familia Chrosthwaite, quienes viven prácticamente enfrente del estadio. La razón por la que rechazaban a diestra y siniestra que Stamford Bridge se renovara era porque no querían vivir más horas sin luz de las que ya tenían con la altura del estadio actual, todos en la zona habían aceptado la nueva casa del Chelsea excepto ellos.
Habían pasado meses y la familia seguía firme en su postura hasta que el equipo inglés puso un millón de euros en la mesa (aproximadamente 23 millones de pesos mexicanos) y al fin aceptaron hacerse de la vista gorda, literal y figuradamente.
Ahora sí los londinenses podrán dar luz verde a la reconstrucción de su casa sin ninguna preocupación. ¿Te hubiera gustado estar en la situación de los Chrosthwaite?