Por Ale Ortega
Pedro Caixinha no fue el salvador. Cruz Azul está a años luz de entrar a liguilla. El campeonato de liga y copa son sueños inalcanzables. De local no le ganan ni a los Alebrijes de Oaxaca. Parece que todo está perdido en esta temporada.
Y digo que “parece” porque aún queda una esperanza, un partido que puede significar salvar la temporada: Ganarle al América. Una victoria en el Estadio Azteca en contra del equipo que no quieren ver ni en pintura, el que los eliminó de la liguilla pasada y les ganó su más reciente final de liga (sí, la del gol de Moisés), para la afición, directiva y hasta los jugadores de Cruz Azul significa la única alegría que les queda esta temporada.
¿Se acuerdan cuando Caixinha se aventó un discurso de cómo el arbitraje beneficia al América? Pues eso le pone un extra de sabor al asunto. Cruz Azul, un equipo eliminado de copa y casi de liga, en crisis desde hace años, dirigido por un técnico que odia al América, cuyo entrenador se consagró como ídolo ganándole una final justamente al Cruz Azul. Caixinha sabe lo que es ganarle al América y hacerlo en el Azteca, necesita volver a hacerlo ahora dirigiendo a Cruz Azul y no a Santos para maquillar un poquito la desastrosa temporada.