Por José Méndez
Si algo le puede calar hoy más que nunca a Cruz Azul es que otros equipos aprovechen sus talentos que forjan en su cantera. Algunos logran debutar, no se consolidan en el equipo y más tarde se marchan a otros clubes en donde salen campeones. Otros con peor suerte ni siquiera llegan a ver la luz verde en el primer equipo.
Por falta de oportunidades o por mediaciones sociales con las que viven al día cientos de chavos que trabajaron en fuerzas básicas no pudieron llegar a Primera División desde la Noria. Eso no acabó sus sueños, siguieron la lucha y más tarde la rompieron lejos de los celestes.
Diego Jiménez es un delantero que se formó en la cantera Azul, pero tuvo que marcharse porque nunca le abrieron las puertas.
Recientemente Jiménez acaba de anotar su gol número 50 con la camiseta de poblanos y no sólo eso, también fue pieza fundamental para el ascenso, fue campeón de goleo y es considerado ícono y figura de los Lobos.
Yayo de la Torre debería voltear a ver este tipo de jugadores, antes de decir que en la cantera no está la solución para la sequía goleadora del Cruz Azul. Deben aprovechar a los jóvenes que forman en lugar de traer cartuchos quemados que no sienten la playera.