Por Ivané Moreno
Vaya mentira esa que a muchos nos han hecho creer, juanáticos: “nadie es irreemplazable”. En el futbol muchas veces lo hemos escuchado, desde el amigo que solo está en las buenas con el equipo, hasta el crítico más serio de la televisión que le tira con todo a tu equipo en las malas. Todos lo creen, hasta que llega el golpe de realidad y con el, un pesado sentido de equivocación, ese que la afición del Barcelona quiere evitar a como de lugar por uno de los hombres más exquisitos que han visto todas y cada una de las generaciones que acuden al Camp Nou a alentar al equipo culé, Andrés Iniesta.
El Fantasmita se ha mostrado inquieto ante su permanencia en Barcelona; muy dentro de él, con toda esa inteligencia para jugar, la ardilla le debe girar ante las exigencias que mejor que nadie conoce como histórico del equipo; y entender que la potencia de piernas no es eterna.
La gente le podrá perdonar todo; un mal pase, perderse un juego o un balón, pero, ¿irse? Hoy la afición culé envuelta en una voz de 99 mil personas, encoró una petición adjunta a un recordatorio del cariño que le tienen al número 8.
Andrés entró de cambio al minuto 60 por Dembélé en la victoria del Barcelona ante el Athletic de Bilbao; Valverde mandó a su hombre de mayor experiencia al campo para sellar un triunfo más y esa exigente afición a la que hoy en día le cumplen con ganas, decidió enfocarse a tirar flores a su ídolo, a retenerlo y pedirle que sea igual de eterno como su amor al equipo.
Ovació a Iniesta en entrar al terreny de joc i crits de l’afició “Iniesta, quédate”. #fcb pic.twitter.com/EPqoV7zofP
PUBLICIDAD— Laura Brugués (@laurabrugues) March 18, 2018
Iniesta tendrá que decidir en abril, se le ha visto dudoso, pero la gente hace su partido aparte. Lo reconocen y lo tratan como lo que es, una voz líder en el Camp Nou, la que ha logrado comandar gritos y gritos de gloria en ese inmueble que hoy, igual de franco como su futbol, le piden quedarse.