Por: Emilio Rabasa
El Estadio Vicente Calderón, recinto ubicado en el distrito madrileño de Arganzuela, ha sido testigo desde 1966, de un equipo con sabor, ganas, gloria y mucho pero mucho corazón.
El aficionado del Atleti es así, del Atleti, lo son en los momentos más vergonzosos, en los momentos mas gloriosos, ese rasgo define al aficionado del Atlético de Madrid. El comportamiento que la afición ha tenido a lo largo del tiempo en determinados momentos, eso es apoyo. Cánticos erizantes que ponen la piel de gallina, aullidos de batalla, gemidos de desesperación, lágrimas de desconsuelo, todo esto se vive cada quince días en el Calderón.
Con una filosofía de ir “partido a partido”, este club, este equipo de economía pobre, pero de rico corazón, disfruta más que nadie las victorias porque le son muy caras. Uno de los ídolos máximos de este equipo, Luis Aragonés, decía “ganar, ganar y volver a ganar”, bajo esa máxima, el Atlético sabía que al no tener presupuestos millonarios, sólo podría conseguir el triunfo a base del esfuerzo colectivo y la solidaridad entre todos sus estamentos. Volverse un “equipo de hombres y no de nombres”, un equipo ante todo. Sólo un equipo.
Al Atlético de Madrid siempre se le ha asociado de tener un papel de víctima, de ser el pequeño entre los grandes sin embargo, yo les diría el Atleti es un equipo minoritario, no pequeño. Su historia, sus títulos y su personalidad lo avalan. Pero, ¿quién es el artífice de esto? ¿Qué bote ha navegado sin un capitán?
Diego Pablo Simeone ha regresado al Atlético un esquema anímico que se le había robado a la entidad rojiblanca. La irrupción del “Cholo” ha supuesto un revulsivo y un estímulo para terminar de restaurar la idiosincrasia de un club que había perdido la autoestima y que había sido relegado a un papel de sufridor.
Desde la llegada del argentino, se vislumbraban grandes cosas. Tras a ver dirigido en Argentina solamente y regresar sin mucho éxito de su aventura por Catania, el presidente del club colchonero decidió darle el voto de confianza a un técnico que tenía una ambición del tamaño de su corazón. Enorme.
En 2011, Simeone tomó las riendas del Atlético de Madrid, a partir de este momento el amor que creció entre ambos fue enorme, había llegado el capitán del barco. Ganando la Europa League en la temporada 2011/12, el Atlético dejaba claro que iría por todo y que el vecino incómodo había despertado de su largo sueño.
El siguiente golpe de autoridad fue ganándole la Copa del Rey a su vecino el Real Madrid, este equipo era cosa seria. A partir de este título todos conocemos la historia del “Cholo” y sus pupilos. Después de años y años de la hegemonía del Madrid y del Barcelona, el Atlético a base de garra, pasión y corazón ganó la liga sorprendiendo a pocos y extraños, el equipo rojiblanco regresaba a la élite del fútbol.
Y no conforme con eso, los de Simeone decidieron darle a sus aficionados un motivo más por el cual alegrarse regresando a una final de Champions League. Pese a que el resultado fue negativo y mas doloroso aun, perdiendo frente al Real Madrid, la afición rojiblanca se sintió orgullosa por el logro obtenido. El equipo del pueblo ninguneado durante años había demostrado que en base al trabajo y al esfuerzo en conjunto se podían obtener grandes cosas.
El 2014 sin duda fue un año mágico para la entidad colchonera, que sumó títulos a sus ya empolvadas vitrinas, hoy el Atlético sigue cosechando éxitos y el equipo no tiene fronteras ni límites.
Sus aficionados se sienten orgullosos y ha vuelto la alegría al Manzanares. Ser aficionado del Atleti, es alejarse de las pretensiones, el reconocer el esfuerzo de los propios y de los ajenos. Los que sangrarán la camiseta a muerte. Que aunque sea una institución inestable y de vaivenes, esté custodiada por la lealtad de la afición.
El padre que le enseña al hijo a cantar “porque siempre la afición, se estremece con pasión, cuando quedas entre todos campeón” para liberar tensiones, posteriormente coreando el nombre del héroe de la noche, sin saber que ellos son los héroes, un padre y un hijo que son unidos por la pasión del fútbol, del fútbol del Atlético de Madrid.