Uno de los sucesos lamentables que nos dejó la gran final, aparte de la plancha de Micky Arroyo, fue el hecho de que la directiva del América (dícese Ricardo Peláez y el operativo José Romano) fue atacada durante la primera mitad del tiempo extra por los aficionados de Tigres.
El suceso llegó a tal punto que éstos tuvieron que esconderse en la sala de prensa para evitar las agresiones: “Nos lanzaron monedas y encendedores estando en el palco”, confesó Peláez, mientras que Romano contraatacó diciendo que ellos (la afición de Tigres) se quejan más cuando van al Estadio Azteca: “Para que luego no estén llorando que les agreden”.
¡Uff!, ¡esto no se puede permitir en los estadios!