Hace unos años, David Moyes era uno de los entrenadores más cotizados de Inglaterra. Junto con Alex Ferguson y Arsene Wenger era de los pocos en permanecer en un solo equipo por muchos años. Con el Everton no ganó ningún título. Un cuarto lugar de su grupo en la Champions League, durante la temporada 2004-2005, y un sub campeonato de la FA Cup´en 2009, fueron sus mayores logros con los Toffees. Sin embargo, los pocos éxitos no eran un reflejo de su estatus como entrenador: había sido elegido tres veces como 'Entrenador del Año', sólo por debajo de Ferguson (quién tenía 4) y 10 veces como Entrenador del Mes, únicamente superado por Wenger (15), y otra vez por Ferguson (27).
El 9 de mayo se hizo oficial, Moyes era anunciado como el reemplazo de Fergie. Su inicio no pudo ser mejor: goleó 4-1 al Swansea y ganó la Supercopa de 2013. A partir de ahí, su carrera se vino para abajo. A falta de tres jornadas por jugarse, fue destituido de su cargo. Pasó a la Real Sociedad, pero no logró enderezar su rumbo.
Regresar a Inglaterra parecía ser la mejor opción, debido a las buenas impresiones que dejó con el Everton, y se hizo cargo del Sunderland, equipo al que no ha logrado rescatar de los últimos puestos en la tabla. Incluso él no se encuentra a gusto dentro del club y en varias ocasiones ha manifestado su descontento.
Su equipo es el tercer equipo más goleado (12) , el que menos posesión tiene en la Barclays Premier League (34%) y el que menos pases completa (1.72)
En su tiempo, el escocés fue elegido personalmente por Ferguson como su sucesor, debido a su similar método de trabajo. Ahora, mientras que uno está entre los mejores entrenadores de la historia, Moyes ha caido, literalmente, al infierno.