Iniesta no olvida sus inicios, hace cinco años lo demostró cuando su equipo de la infancia estaba en peligro, el español entró al quite y calmó todo.
En 2013, Albacete, club en el que Andrés dio sus primeros pasos con el balón y del que era el mayor accionista, estaba a nada de descender administrativamente a Tercera División porque el club debía 240 mil euros a sus futbolistas. Justo el día en que el plazo vencía, Iniesta agarró dinero de su bolsillo para pagar la deuda y todo terminó.
El Fantasmita no sólo es crack dentro de la cancha, fuera de ella demostró que también puede sacar las papas del fuego. Sus orígenes los tiene bien presentes a pesar de toda la fama.