Por: Irving Márquez (Colaborador en Barcelona)
Messi está completando una semana que bien podría catalogarse como histórica. En sólo cuatro días ha superado el récord que ostentaba Telmo Zarra con 253 goles como máximo goleador en la historia de la Liga española, y batió el récord de máximo goleador de la Champions League que poseía Raúl González con 71 tantos.
Cuando parecía que Cristiano Ronaldo se acercaba peligrosamente a esa meta, apareció el pequeño argentino frente al Sevilla. Con su mejor versión, esa que amenazaba con no volver, hizo un hat-trick a los andaluces. Recuperada la confianza, se presentó en la Champions, esta vez frente al Apoel, y repitió la obra teatral: hat-trick.
Si no fuera por las largas 'vacaciones' que había tomado, cualquiera habría pensado que romper los dos récord era casualidad, pero no, la carrera meteórica que ha tenido desde que debutara con el pelo largo y la camiseta blaugrana, era de esperarse, quizás no tan pronto, porque a sus 27 años lo único que no se puede predecir como si se tratara de un horóscopo, es cuál es su techo.
Muchos de sus ex compañeros, tales como Ronaldinho, Deco, Ibrahimovic, Henry, entre muchos otros, se desahogaron con elogios, confirmaron públicamente que en sus largas carreras no habían jugado con un futbolista similar a él, con características de un player de videojuego, en peligro de extinción, porque no hay, ni habrá, muchos de su especie. La clave está en que el argentino siga disfrutando del futbol.
No existe una respuesta clara sobre sus límites como futbolista. Probablemente hoy no se le valora como debería hacerse. Lógico. Sigue en activo. Pero sus récords sorprenden, sus goles alegran; ser imprevisible es su mayor atributo.
Messi está en el Olimpo de los mejores jugadores del mundo. Estará cuando menos un par de décadas. No importa si es con el Barça o la Juventus, independientemente del equipo podremos contar a los más jóvenes que vimos jugar a Lionel Andrés Messi Cuccittini en su mejor época.
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