Por: Ángel Armando Castellanos | @aranha_azul
El Adiós Superman, bye, bye, bye, bye ya no te dirá que es hora de levantarse. El ¡Una, dos… tres! tampoco te emocionará como antes. Hoy se acaba En Familia Con Chabelo. Xavier López seguirá existiendo. Su personaje se convierte en leyenda.
Se vale llorar. Pensar en “cómo vamos a extrañar ese programa que marcó nuestra infancia”. Un día le contarás a tus nietos que hubo un señor que se vestía de niño para emocionarte los domingos en la mañana. Igual relatarás cómo te dolió su partida.
Su partida y la de otros personajes del futbol. Aquí las cinco despedidas que más lágrimas provocaron.
Xavi del Barcelona
Lo hizo como una leyenda. Ganando el segundo triplete en la historia del club. El físico no le daba para competir al máximo nivel. Se extrañaba el dinamismo de otros años. Él dejó de ser titular. Fue útil, pero el protagonismo se acabó. Después de ganarlo todo dijo adiós para irse a Qatar. Ver al Barcelona sin él era algo inimaginable… Sucedió.
Zinedine Zidane
Estaba dando su Mundial. Se le recordaría más que en Francia '98. Era la figura francesa, pero tenía a jugadores de más experiencia al lado. En Alemania '06 era el líder. A Marco Materazzi le dolió el cabezazo. A Francia que fuera David Trezeguet y no él quien cobró el penal decisivo. Al futbol verlo pasar al lado de la Copa con la mirada caída.
Diego Maradona
Diego y el aviso a René Higuita de dónde iba a cobrar el penal. Diego y sus amigos. Diego y la magia que se iba. Hacía tiempo que no jugaba. El sobrepeso lo delataba. Lo pasaba mal con las drogas. Igual tuvo un partido de despedida. En noviembre de 2001 soltó ante millones de personas su frase más conocida: Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha…
Cuauhtémoc Blanco
Irse con una copa en los brazos es el sueño de cualquiera. Para un americanista recalcitrante como Cuauhtémoc Blanco fue mucho más especial hacerlo ante Chivas. En mayo de este año la Copa MX lo vio partir rumbo a la política. Al ídolo se le sigue extrañando.
Steven Gerrard del Liverpool
Un año antes pudo irse con la Premier League en los brazos. No lo hizo por un error suyo. 12 meses después confirmó que se iba de su casa. Todo Liverpool le cantó a Steven Gerrard que no importaba a dónde se fuera, nunca iba a caminar solo.