Por: Ana Cruz Manjarrez Téllez
Chuck Blazer, el millonario de 69 años, amante de los excesos, un hombre de tal peso que debe transportarse en scooter, el que aceptó portar un llavero para grabar en audio y video las reuniones que propició con líderes del futbol.
La bomba que estallaría este 27 de mayo pudo ser anticipada desde noviembre, cuando NY Daily News, con Teri Thompson, Maty Papenfuss, Christian Red, Nathaniel Vinton como responsables, relató la historia de cómo Chuck Blazer pasó de ser una autoridad activa (y acusada) dentro de la FIFA a un informador al servicio del FBI. Una transformación propia de película de Hollywood.
Hoy, su nombre es mención obligada y relacionado directamente con los datos filtrados que permitieron las detenciones de esta madrugada en Zurich. Mientras él se encuentra gravemente enfermo de cáncer de colon, su trabajo secreto parece dar resultados y agitar las aguas a pocos días de las elecciones en el organismo rector del futbol mundial.
El neoyorquino Charles Gordon Blazer se involucró en el mundo del futbol desde que su hijo comenzó a practicarlo en los suburbios de la ciudad, más tarde, su trabajo en la liga de los Estados Unidos lo llevó desde 1990 y hasta 2011 a desempeñarse como secretario de la CONCACAF. Además de ser miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA desde 1996.
Durante la gestión recibía la cantidad necesaria para cumplir con sus gustos excéntricos, como el de tener un departamento de 6 mil dólares en la Torre Trump exclusivamente para sus gatos, junto al suyo de 18 mil dólares al mes.
Su nombre resonó en 2011, ante las acusaciones realizadas contra dos de sus compañeros: Jack Warner (acusado), ex vicepresidente de la FIFA y el príncipe qatarí Mohamed bin Hammam, ex miembro del Comité Ejecutivo, por ofrecer a líderes del futbol caribeño 40 mil dólares a cambio de su voto en la elección presidencial del organismo. El intento por sacar a Blatter la jugada que resultó al revés, incluso para el ” soplón” defensor.
A Chuck lo denunció el periodista Andrew Jennings, al descubrir que el FBI averiguaba la procedencia de 20 millones de dólares en cuentas que él administraba en el extranjero y su relación con el futbol. Sus antecedentes tomaron fuerza en 2013, cuando fue acusado de recibir sobornos y separado de cualquier actividad relacionada con el futbol por 90 días.
En ese mismo año, el FBI prefirió utilizar los 10 años de evasión de impuestos por ganancias no declaradas que llevarían a Blazer a prisión para ofrecerle protección a cambio de colaborar en las indagatorias. El hotel de cinco estrellas May Fair de Londres se convirtió en el punto de reunión durante los Juegos Olímpicos, acudieron al llamado: Alexey Sorokin, director de la candidatura rusa, Frank Lowy, director de la candidatura australiana, un secretario de Vitaly Mutko, organizador del Mundial de 2018. De acuerdo con las revelaciones del diario de Nueva York.
No es el único involucrado. De inmediato viene a la mente el nombre de Michael García, ex fiscal americano, quien se encargó de una investigación, ordenada por la propia FIFA, acerca del proceso de elección de las sedes de los próximos mundiales, Rusia y Qatar. Como resultado de las averiguaciones con 75 testigos, el análisis de cintas de audio y documentos, presentó entre 400 y 500 páginas de un informe detallado de los hallazgos de irregularidades en las adjudicaciones.
Antes de salir a la luz, la entrega fue revisada por el juez alemán y miembro del Comité de la FIFA, Joachim Eckert. A pesar de encontrar inconsistencias en las candidaturas, las consideró poco determinantes en el desarrollo de las votaciones y decidió que el informe no sería publicado.
Sin embargo, el trabajo sumó importancia cuando Michael García eligió no quedarse callado y reclamar ante los medios que la interpretación de Eckert era “tergiversada y sesgada”. Además de acusar a Blatter de incumplir a su promesa de dar a conocer el informe completo. El ex fiscal abandonó su puesto.
Curiosamente, en aquel entonces Michel Platini, presidente de la UEFA, estuvo a favor de la publicación de las más de 400 páginas informativas. El mismo sujeto que hace un par de días reclamó que la presencia de Blatter restaba credibilidad a la FIFA y fue contundente al declarar: “será el futbol el que sufra”.
De acuerdo con lo publicado en 2014, las filtraciones de Blazer al FBI involucraron a 44 directivos, ese entonces; sin embargo, la lista pudo haber crecido al tener en su poder la agenda personal del ex secretario, así como el permiso para intervenir sus llamadas telefónicas y correos electrónicos.
Las confesiones involuntarias, los testigos ocultos y las declaraciones de culpabilidad fueron fundamentales para las capturas que tuvieron lugar en Zurich la madrugada del miércoles. ¿Cuántas acusaciones por corrupción, lavado de dinero, fraude y extorsión faltan por conocer?
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