Es casi un hecho que Matías Almeyda se hará cargo de Chivas a partir del próximo partido. Después de los mexicanos, los argentinos son quienes más los han dirigido. El problema es que suelen empezar mejor de lo que terminan. Los resultados no suelen dárseles y se van con mucha más pena que gloria. Desde José María Casullo en la década de los 50's, ninguno supera -contando todas sus etapas (casos La Volpe y Zurdo López)- el 60% de productividad.
El último entrenador de esa nacionalidad que logró meterlos a una liguilla fue Oscar Ruggeri. De eso han pasado 14 años. En esa campaña Toluca acabó con el sueño en cuartos de final. Él -por cierto- es de quien se tienen mejores recuerdos. Un invicto de 14 partidos durante el Torneo Invierno 2001 -se acabó ante Pachuca en la Jornada 15- quedó para la historia.
Después, ni Ricardo La Volpe -con dos etapas anteriores- ni Carlos Bustos pudieron limpiar la imagen de los estrategas albicelestes en el club. La Volpe comenzaba a imponer su estilo, pero el PodoGate acabó con su historia en Guadalajara. Con Bustos no hubo resultados. Llegó para reemplazar a su compatriota y se fue cinco meses después.
Antes de Ruggeri tampoco hubo suerte con técnicos argentinos. Osvaldo Ardiles, Miguel Ángel Zurdo López y el propio La Volpe -dirigió en la Temporada 1989-1990 y en el Invierno '96- tuvieron un porcentaje de efectividad de menos del 60%.
A diferencia de Bustos y La Volpe, Matías llega sin haber dirigido en México. En estas mismas condiciones llegó Ruggeri y tuvo relativo éxito. También tomó a Chivas en problemas de descenso y lo condujo a fase final. Del ex River Plate y Banfield dependerá mejorar la historia.