Por: Roberto Quintanar
Sus carreras fueron paralelas por un tiempo, pero hoy lucen más distantes que nunca. Roger Federer y Rafael Nadal protagonizaron la década pasada una de las mejores rivalidades deportivas de las que se tenga registro.
La técnica y elegancia del suizo se contraponían a la fuerza física y defensiva del español. Sin embargo, Rafa es cinco años más joven que Roger… ese detalle fue determinante para que el dominio del nacido en Manacor fuera casi absoluto cuando Federer tuvo el bajón natural que tiene todo deportista por culpa de la edad.
Fue entonces que Nadal se convirtió en la pesadilla de Su Majestad. El de Basilea comenzó a acusar a nivel físico y mental los encuentros con el español, que a finales de la década pasada vivió su apogeo a la mitad de sus veintes. Rafa parecía una máquina indestructible y se convirtió en el amo y señor de la ATP… hasta que Novak Djokovic lo frenó en seco.
Por el contrario, el destino del que es considerado el mejor tenista de la historia parecía ser apagarse poco a poco hasta llegar a un inevitable retiro en pocos años. De vez en cuando daba un golpe de autoridad, pero eran cada vez más esporádicos…
Sin embargo, entrada la segunda mitad de la década del 2010, aquello se puso de cabeza. Roger Federer tuvo una excepcional recuperación mental y hoy en día sigue jugando finales de Grand Slam y compitiendo por la cima de la ATP con el fenomenal Novak Djokovic; mientras tanto, Rafael Nadal trata de recuperar protagonismo en el circuito luego de que ese esfuerzo físico en el que basó su carrera le pasara una dolorosa factura.
Ayer, los dos grandes rivales volvieron a medirse luego casi dos años después de su último enfrentamiento. Fue en la final del torneo de Basilea, casa del gran Reloj Suizo. Esta vez, el libro tuvo un cierre diferente al que se hubiese pensado hace 24 meses. Federer venció a Nadal por 6-3, 5-7 y 6-3. Aunque el español puso toda su garra y corazón para traer de vuelta los fantasmas del pasado al helvético, la calidad de Roger fue demasiado reto para él.
La final de Basilea fue un reflejo del momento que viven ambos. La exquisitez tenística de Federer lo mantiene como el segundo jugador con más títulos en 2015 y en el segundo lugar del circuito profesional a sus 34 años de edad. Nadal, con 29 años, tiene mucho terreno por recuperar pero también un camino complicado por su estilo de juego, mismo que podría jugar a su favor o en su contra.
En el largo plazo, y más allá de los números entre ambos, el ganador de esta rivalidad parece haber sido el suizo… pero esta historia todavía tiene algunos capítulos por escribirse.