Por Carlos Ahmed Jalife
Cualquier piloto puede tener un mal día en la oficina y vaya que el campeón reinante se lució en la peor carrera de la que tengamos memoria de él. El GP de Hungría debía ser una continuación del dominio que Hamilton ha tenido en la temporada 2015 de la Fórmula Uno pero apenas se apagaron las luces del semáforo, el volante de Mercedes perdió su posición al frente y cayó detrás de su coequipero Nico Rosberg y las dos flechas escarlatas de Vettel y Raikkonen. Unas curvas más adelante y otro error del líder del Campeonato de Pilotos quien, en su desesperación por dar persecución a los hombres de Maranello, no midió su rebase, jugó en una zona peligrosa y casi termina por perder la carrera antes de completar el primer giro. El segundo error de la tarde sólo le costó posiciones y pasar a un modo de control de daños más que de atacar por la punta. Ahí vimos la enorme superioridad de su W06 que deshizo a la competencia y pasó a sus rivales como si fueran autos de GP2, no sin antes perder algo de terreno frente a la terna de la punta que lideraban los Ferrari con Vettel al frente y Raikkonen en una gran segunda posición.
Cuando la carrera maduraba, Hamilton demostró porqué es uno de los mejores pilotos de esta época y ya rondaba el podio pero, sobre todo, ya pensaba en su compañero y hacia que su compañero se preocupara por él. Rosberg y su ingeniero fallaron, erraron la estrategia y parecía que la estocada era cosa de unas cuantas vueltas para que Hamilton venciera, al menos, a su coequipero en el trazado del Hungaroring. Todo indicaba que no sería el fin de semana perfecto del inglés, pero al menos se mantendría como líder del campeonato y con un control de daños basado en la velocidad que un gran auto y un gran piloto pueden lograr.
Y después, después Hulkenberg cambió la carrera. Su accidente causó que los Ferrari perdieran toda su ventaja y que el británico pudiera pensar en algo que hasta ese instante parecía imposible desde la mitad del primer giro: la victoria. Entonces, Hamilton canalizó a su persona de finales de la temporada 2007 y con gran ímpetu destrozó, una vez más, su carrera. Ricciardo en el resurgente RB11 se lanzó por la parte externa y Hamilton entorpeció su trayectoria en la parte interna para golpearlo y generar media vuelta de caos. El toro herido de Ricciardo aguantó y rebasó a Hamilton para bien, Bottas se avalanzó y terminó con un neumático dañado y Kvyat se deshizo del campeón y el finlandés. El error le costó una penalización que lo mandó fuera de la zona de puntos mientras Rosberg luchaba por la punta después del abandono de Raikkonen. En ese instante, Hamilton perdía no solo la carrera sino el liderato del campeonato por una carrera llena de errores propios. Claro, aún no se perdía el campeonato con 9 carreras restantes, pero en 2007 un error llevó a otro hasta que Raikkonen se alzó como campeón en Interlagos.
Poco sabíamos que el campeonato realmente estaba perdido. Faltando 5 giros, Ricciardo volvió a atacar una flecha plateada, en esta ocasión la de Rosberg quien en ese momento se dedicaba a ver cómo se acercaba a Hamilton en los puntos mientras el inglés recuperaba algunos puntos en la parte baja de la clasificación. El Red Bull atacó y nuevamente sufrió el ataque de Rosberg que sabía dónde estaba el australiano y, en su ímpetu por cerrar la puerta, alargó su salida de la curva uno tocando su neumático trasero con el alerón delantero de Ricciardo. Evidentemente no quería destrozar su propia llanta, pero su movimiento pensando en defender la posición que eventualmente perdería generó algo peor: perdió el campeonato.
Si había un momento en la vida para ser conservador, era ese. Odiamos que los pilotos jueguen a conservar posiciones, pero en ese momento lo último que debió cruzar por la mente del alemán era ganar 3 puntos que eventualmente perdería con Ricciardo. Rosberg debió pensar en las 9 unidades que restaría a Hamilton en la pelear por el título y capitalizar, de una vez, los errores de su coequipero en un mal día a la oficina. No hay duda que siempre se corre para ganar, pero antes que ganar una batalla se tiene que pensar en ganar la guerra y la de 2015 ya la perdió Rosberg salvo que Hamilton siga actuando como en 2007.
© CAJR/2015
