Por Alexis García Zavalza
Lo lograste una vez más. Parece chiste, pero aun cuando no esperaba nada de ti, siempre encuentras la forma de decepcionarme, Cruz Azul. Veinte malditos largos años de que tu afición se esperance cada 6 meses. “Ahora sí este año es el bueno”, se ha vuelto el pensamiento de todo fiel cruzazulino. Pero ya no sé si somos fieles o tontos, tampoco encuentro argumentos para defenderme de las burlas de los Ames.
“Frustrazul”, “Cruzazulear”, son como dos mentadas de madre, más dolorosas que una patada en la entre pierna. Esta vez no fuimos víctimas del árbitro, ni la culpa es de Paco Jémez, hay un culpable de tu malaria, llamado Billy Álvarez. Lleva años llenándose los bolsillos a cuestas de fichajes “bomba” que no resultan ser más que petardos sin mecha ni pólvora. Son veinte años de ver una pasarela de muebles de madera, de troncos, de fraudes, inflados como brincolín de feria, anunciados como promesas, terminando siendo la misma gata pero revolcada.
¿Hasta cuándo Billy? Medio plantel no tiene que estar jugando en este club con gran historia, jugadores que no sienten la playera, que vienen a robar al futbol mexicano. Mientras sigas tú en la cabeza, seguirá la era de los Tomás Boy, de los Sergio Bueno, de los Cauteruccios, los Roques Santa Cruz, los Maza, siempre trayendo jugadores en declive y técnicos mediocres. Por primera vez un acierto: Jémez, un tipo que propone, que busca y genera, pero que no puede meter él mismo los goles. Y es que le era imposible desbaratar el equipo y rearmarlo, porque tampoco hay mucho a dónde voltear, porque tu cantera no se ve reflejada en la cancha.
Bien lo dijo Jémez, Cruz Azul es un club grande, pero hoy está muy lejos de ser un equipo grande, nuestro más odiado rival nos lo volvió a restregar en la cara.
¡Estamos hartos, renuncia y libéranos del cáncer! #FueraBillyÁlvarez