Por: Juskani Cabello
La noche del 7 de marzo del 2009 estará marcada en los calendarios brasileños por muchos años. Santos enfrentaba a Oeste en el estadio Do Pacaembú como parte del Campeonato Paulista. Corría el minuto 59 cuando Vagner Mancini, técnico del equipo, llamó de la banca a un joven de mediana estatura, cuerpo escuálido y cabeza rapada para ingresar al campo de juego. Con 17 años y un mes de edad, Neymar da Silva hacia su debut en Primera División portando el número 18 en la espalda y sustituyendo a Molina. En su primera acción dio muestra de su calidad cuando eludió a un rival por la banda derecha y sacó un disparo que se estrelló en el larguero.
Con apenas 30 minutos en el césped obtuvo su primer triunfo como jugador profesional, hecho que no pasó desapercibido para la prensa local. Al día siguiente, el diario O Estado de Sao Paulo titulaba “El Santos vence en el debut de Neymar” en su portada.
De inmediato monopolizó la atención del mundo futbolero desde un día antes de su debut. El 6 de marzo del 2009, se organizó un evento en el Salón Noble estadio de la Vila Belmiro, en Santos, con la presencia de los padres del jugador en compañía de su representante Wagner Ribeiro. Ahí, el joven brasileño estampó su firma en un contrato por cinco años y una cláusula de rescisión de 30 millones de euros. Su ficha anual se estableció en unos 350 mil euros, lo que lo colocaba en la escala salarial más alta del club.
Han pasado seis años desde que Neymar debutó en el futbol profesional y su carrera sigue en ascenso. Dejó el Santos de Brasil para embarcarse en una aventura al viejo continente con el Barcelona. Junto a Messi y Luis Suárez se ha convertido en la perla más deseada de toda Europa.