La entrega del Balón de Oro está cada vez más cerca, las listas de nominados aparecen en las publicaciones deportivas casi a diario y si no es eso, en cada conferencia de prensa salta la pregunta sobre el favorito a llevarse el trofeo.
Especialmente esta mañana, en la que despertamos con la lectura del comunicado del Real Madrid respecto a las palabras del Presidente de la UEFA sobre los merecimientos del posible ganador. A Platini se le ocurrió decir que debería de ser un alemán por lo ocurrido en Brasil hace un par de meses y en respuesta inmediata, el conjunto merengue se ofendió por la tendencia de quien debería de ser imparcial, y abogó por Cristiano Ronaldo.
La lucha entre los alemanes, Messi y Cristiano Ronaldo parecía ser cosa de los rotativos, pero la molestia del Madrid habla de la importancia que representaría recibirlo. El año pasado, el portugués lloró cuando escuchó su nombre en la premiación, las descalificaciones se agolparon al tiempo que él agradecía sobre el escenario. Parece que en enero no será distinto, sin importar quien resulte elegido.
Sin embargo, la preocupación no abarca a todos los equipos, mucho menos al Chelsea. Así lo dejó ver Mourinho, quien es líder avasallador en la Premier League y entre sus filas tiene a tres nominados: Courtois, Diego Costa y Eden Hazard. “Este tipo de trofeo no es bueno para el futbol. Ésa es la razón por la que no me preocupo. A veces parece que estamos buscando estrellas, estamos buscando personas que sean más importantes que otras”.
Sus palabras quedan lejos de la sorpresa al venir de un técnico que siempre se ha mostrado tal cual es frente a los aficionados y los medios de comunicación; a Mourinho no le da miedo declarar y a su paso llevarse a algunos, aun sin pronunciar nombres. “En algunos casos, parece que estamos haciendo campaña política. Prendes la televisión, el radio, abres los periódicos y, tengo que decirlo, en Inglaterra tenemos algunos en esa campaña. En otros países parece como si Obama compitiera otra vez por la Casa Blanca. Y ésta no es la cultura que quiero en este equipo”.
Con un equipo que regala espectáculo cada semana y del cual los jugadores se expresan con alegría y satisfacción, como recién lo hizo Cesc Fábregas, para José no cabe la obsesión por un trofeo. Sus hombres están preocupados por hacer funcionar al equipo, por ganar partidos. “La complacencia no es un riesgo que tenemos, no es el perfil del grupo. Es el único que riesgo que no tomamos. Tenemos muchos otros, los que pertenecen al futbol. El riesgo de un mal momento. El riesgo de las lesiones. El riesgo de partidos desafortunados. El riesgo del crecimiento de los otros equipos y la fuerza que toman durante el torneo”.
No obstante, el técnico portugués no se olvida de dar una palmada a sus jugadores, los artífices del gran momento que viven los Blues: “Todos los hombres de mi equipo son fantásticos. Estoy muy feliz con ellos”.