Por Leo Salazar
No se me enojen mis Moylovers, pero aceptemos que la carrera de nuestro ídolo Moisés Muñoz parece acercarse a su fin. Lo que le pasó contra América es un aviso más de que sus guantes deben colgarse para evitar un alargue penoso en su trayectoria. Aquí cinco razones para creer que ya se huele el adiós de Moy.
1. INSEGURIDAD
Desde que salió de mi Ame, el buen Moy no ha podido recuperar el nivel que incluso lo llevó a ser portero de selección mexicana. Tan no ha agarrado la onda fuera de Coapa que se le ve frágil y fácil de batirlo. Muestra de esto son los errores que ha cometido con Jaguares y Puebla. Nada que ver con el gran arquero invencible y goleador que fue como americanista.
2. sin proyección
Salir del club más grande de México con el que peleaba campeonatos para pasar a dos equipos con el reto de luchar por la salvación fue algo que le pegó en sus aspiraciones y ello se nota con su baja de juego. Haber descendido con Jaguares y conformarse con ser actualmente guardameta de la Franja solamente son signos de que el balón le pide el retiro.
3. edad
Conejo Pérez solamente uno. Así que es mejor que a Moy no se le ocurra la idea de querer imitarlo para estar activo hasta los 44 años. Y es que tampoco está para eso. Simplemente no tiene el mismo físico que Pérez, ni la velocidad para intervenir en acciones que requieren rapidez y elasticidad. A sus 37 primaveras lo mejor será decidir irse a tiempo.
4. dignidad
En caso de que opte por aguantar otros añitos más en las canchas, Muñoz debe tomar en cuenta que puede encontrarse con equipos que posiblemente lo manden a la banca o que len oportunidad como titular en el Ascenso MX. Si va a vivir penas y vergüenzas, por su propio bien, es aceptar que el fin con los guantes está a la vuelta de la esquina.
5. #RESPECTMOY
Del respeto que se ganó por aficionados en general, así como de la prensa deportiva, Muñoz hoy es objeto de crítica, burla y abucheos porque perdió la fuerza que tenía como líder en un campo. Nomás noten cómo era su semblante con el Ame, uno muy distinto al que se le ve en Puebla. Moy mismo debe reconocer que su época ya fue, que no hay necesidad de exhibirse con actuaciones que cada vez le generan más detractores.