Noche única para Pumas. Tal vez la mejor en los últimos años. Casi tan buena como la del título en el Estadio Hidalgo. Casi tan buena como la del gol de Israel Castro en el Santiago Bernabéu. Golear 0-3 al América en el Estadio Azteca no pasó nunca en una liguilla. Tres razones explican el resultado.
América no supo definir
Dominó a Pumas desde el arranque. Tuvo el momento anímico con el gol anulado en el primer tiempo. Le sobraron ocasiones. De concretar de mejor forma la realidad pudo ser otra. La ausencia de Darío Benedetto pesó.
el manejo emocional
Terminar un partido de liguilla con dos jugadores menos habla de un manejo emocional inadecuado. La segunda tarjeta roja es el mejor ejemplo. Mientras América no reaccionó correctamente, Pumas supo enfriar el partido y matarlo