Comenzó una nueva temporada y Gil Alcalá está de regreso en Pumas con sed de revancha. Es que, en su primer tramo no le fue del todo bien y tuvo que salir del equipo, lo que lo llevó a plantearse cosas muy extremas.

Sabemos que llegar el futbol de elite no es nada fácil. Sin embargo, hay una posición que es más injusta que el resto: la de portero. Es que, sin importar si haces todo bien, si hay alguien mejor que tú en el puesto, difícilmente tengas minutos.

Y, en el único semestre en el que Gil Alcalá estuvo en Pumas, no tuvo la suerte de tener muchos minutos. Es que, con Julio González siendo el favorito de Andrés Lillini, Gil tuvo que ver más partidos desde el banquillo de los que le hubiera gustado.

Como si eso fuera poco, con la salida de Lillini y la llegada de Sebastián Sosa, la directiva decidió mandarlo a préstamo a Querétaro. Y todo esto no lo hizo pasar por un mal momento, sino que casi lo hace tocar una pésima decisión.

¿Qué contó Alcalá?

En una entrevista con Fox Sports, el portero contó qué sintió en esos meses en Cantera: “Hace cinco meses, estábamos hablando de una situación bastante complicada. […]El retiro pasó por mi mente, estaba cansado de dar lo mejor de mí, esforzarme todos los días y, a los cuatro meses, encontrarme en la situación de tener que marcharme, mudar a mi familia nuevamente y no tener regularidad”.

Sin embargo, aquel paso por Querétaro lo llevó a regresar a Pumas, en donde sería la primera opción del Turco Mohamed, por lo que ahora tendrá que competir con Julio González para quedarse con el puesto.

“Vengo más preparado que la primera vez y voy a competir por el puesto. Es una gran responsabilidad pero también una oportunidad maravillosa que un técnico con tanto prestigio acepte que yo forme parte de su equipo”, agregó. ¿Conseguirá tener más minutos?