Para el PSG, este ha sido, por mucho, uno de los veranos más agitados desde su creación en materia de fichajes, uno muy distinto si se compara con aquellos tiempos cuando el club parisino rompía la tranquilidad para anunciar la llegada de las mejores figuras del orbe.
Todo empezó con la abrupta salida del Lionel Messi del club como agente libre, hace apenas algunas semanas, una que le valio a Messi el repudio generalizado de su propia afición.
El PSG padece una y otra y otra vez…
La historia no paró ahí; acto seguido continuó la interminable novela con Mbappe, quien mantiene una interminable lucha por los términos de su eventual salida, donde además enfatizó que no renovará más con los parisinos después del término del actual contrato, en 2024.
Y para colmo de males, el próximo en la lista parece ser el astro brasileño Neymar, quien ya anunció que se marcha del cuadro de la capital francesa sí o sí; el objetivo de Ney es regresar al Barcelona donde ya tuvo una primera etapa entre 2013 y 2017.
En este punto, el suramericano se enfrenta a dos problemas principales; primero, el actual DT del club, Xavi Hernández, no vería con buenos ojos el regreso del 10 brasileño a la casa culé pues tiene en mente otro tipo de proyectos con jóvenes figuras y nuevos aires.
Y segundo, el paupérrimo momento económico que vive el FC Barcelona, harían prácticamente imposible la llegada de Ney a su ex casa. Ante este escenario, aparece un actor recurrente durante las últimas semanas: el fútbol árabe.
Desde medio oriente podría llegar una oferta imposible de rechazar en términos económicos con el objetivo de que Neymar se desvincule del equipo francés y una vez firme con el equipo saudí, este pueda ser enviado a préstamo al Barcelona por periodo de un año y compartir el tema salarial.
Todo suena bien hasta aquí, sin embargo, es un negocio arriesgado del que los allegados al futbolista aún no están del todo convencidos y no han querido dar más indicios a la prensa deportiva.
Y aunque el tema económico es astronómico para los intereses del Barcelon, la principal barrera entre el deportista y su eventual arribo a las tiendas blaugranas es el estratega Hernández, que le apuesta con todo a los nuevos talentos.