El Milan humilló al Napoli (0-4) en el estadio Diego Armando Maradona, partido que sirvió a los rossoneri para lanzar una advertencia ante la eliminatoria de cuartos de final de Champions que los volverá a reunir en poco más de una semana.
Los jugadores encararon el partido como si ya fuera de Champions. El Milan sembró dudas en un Napoli que llegaba como amplio favorito a este duelo.
No tardó mucho el Milan en adueñarse del partido. No sólo con balón, sino con solidez defensiva, pues no dejó hacer nada a Simeone y Kvaratskhelia.
Siempre dio la sensación de que en cualquier momento los azzurri podían empezar con la fiesta, pero no fue así.
Brahim sacó a relucir su calidad y con dos toques se deshizo de Lobotka y Mario Rui, mientras Calabria arrastró a Min-Jae a banda. Aprovechó el espacio Leao y Brahim le sirvió para que el luso, con una sutil picada, silenciara el estadio.
Fue solo una probadita de Brahim. Y es que apenas nueve minutos después, el español pisó el área y, de nuevo, sentó a Mario Rui en el área chica, con un recorte, para fusilar a Meret con un disparó que desvió ligeramente Kim Min-Jae.
Luciano Spalletti trató de corregir, convencido de que era posible la remontada. Pero se topó dos veces con el muro Maignan.
Ya sin Brahim en el campo, sustituido por molestias, Leao acaparó todos los reflectores. Recibió de Tonali en banda izquierda y se valió de su técnica para dejar atrás a Rrahmani con facilidad y fusiló con la zurda para rubricar su doblete.
Pero el 0-3, a Saelemaekers, no debió parecerle suficiente ante un Napoli claramente dolido. El belga no perdonó el pasillo que le facilitó la zaga local y se plantó solo ante el Meret para superarlo y poner el cuarto.
El Napoli sigue cerca del Scudetto, pero la ilusión de unas semifinales de Champions están más en entredicho que nunca.