Todo el mundo ha disfrutado de una de las mejores épocas que el futbol haya tenido, y todo gracias a Cristiano Ronaldo y Lionel Messi. Las dos leyendas vivientes nos regalaron 15 años de una de las rivalidades deportivas más grandes que el mundo haya visto. Pero desgraciadamente el tiempo pasa y sus carreras están llegando a un final.
Cristiano Ronaldo y su exótico destino
Cuando salió la oferta del Al-Nassr por Cristiano Ronaldo, nadie pensaba que el Bicho pudiera terminar ahí. El Comandante se había quedado sin chamba después de haber rescindido su contrato con el Manchester United, pero él buscaba agarrar equipo que compitiera en Champions. Lo triste de esto es que ningún equipo se animó a fichar al Bicho por todo lo que había provocado y al final se terminó yendo a donde estaban los millones. Algunos seguirán sin creerlo, pero otros ya lo veían venir. Los últimos seis meses de mi Cris fueron una auténtica caída libre.
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Borrado en el United, teniendo actitudes que rompían el vestidor, y llegando al Mundial con muchas expectativas, pero sin ritmo de juego. Ya en el Mundial, Fernando Santos se dio cuenta que el equipo se veía mejor de inicio sin él y también lo banqueó. A medio Mundial, el United le rescindió su contrato dejándolo sin chamba. Ahora comenzará una nueva aventura en Arabia Saudita donde seguramente va a robar la liga con toda su calidad. Es más, podría jugar a 20% y aun así ser el mejor por mucho.
Messi, el lado opuesto
Ahora mirando al otro crack, al que parecía sí estaba llegando a su final hace un par de años, renació de las cenizas. Messi en su último año con el Barcelona ya se veía bastante lento, que su nuevo ritmo ya no le alcanzaba para competir y que estaba a un par de años del retiro. Cuando llegó al PSG fue lo mismo, además de que no se veía tan cómodo, ya no mostraba la magia que siempre derrochó. Pero a partir del verano, Messi sacó su prime por millonésima vez y la comenzó a reventar toda.
Metió a ese Messi goleador y eléctrico, y lo guardó en el baúl de los recuerdos para convertirse en uno de esos antiguos “10”. Ahora Messi se dedica a asistir a sus compañeros y eso le permitió darle una refrescada a su carrera. ¿Le funcionó? Pues gracias a eso se convirtió en el socio favorito de Mbappé y Neymar en el PSG, dejando que ellos brillen y dedicándose a generar futbol “champagne”. Y con ese momento, llegó a Qatar y terminó levantando la Copa del Mundo que tanto le exigian para ponerlo a la altura de Pelé y Maradona.
Dos fenómenos que marcaron un antes y un después, y aunque nos hubiera encantado verlos terminar su carrera en lo más alto, parece que, por caprichos de los dioses del futbol, no será así.