Jenni Hermoso se ha convertido en todo un emblema de la lucha por la igualdad en el fútbol femenino, tras el bochornoso episodio sufrido en el Mundial de Australia cuando el expresidente de la Federación Española, Luis Rubiales, la besó en la boca sin su consentimiento durante la celebración del título.
Hermoso, elegida recientemente mujer del año por la revista GQ, asegura que quiere ser recordada “como alguien que intentó cambiar muchas mentalidades“. La jugadora del Pachuca admite que tuvo que recurrir a ayuda psicológica para superar el trauma de aquel suceso, que denunció ante la justicia y provocó la dimisión de Rubiales, investigado ahora por presuntos delitos de agresión sexual y acoso.
Jenni Hermoso ha recibido amenazas
“He tenido que asumir las consecuencias de un acto que no provoqué, que no había elegido ni premeditado. He llegado a recibir amenazas, y eso es algo a lo que no te acostumbras nunca”, explicó Hermoso, de 33 años, que denunció ante la fiscalía la acción de Rubiales.
La acción del exdirigente desató una ola de indignación internacional y numerosas muestras de apoyo hacia Hermoso, convertida en un ejemplo de lucha dentro del imparable movimiento feminista en el fútbol.
“Con todo lo que ha pasado, creo que muchas hemos sido más conscientes de lo que significa realmente esa palabra“, reconoce la delantera.
“Nos han llamado caprichosas por pedir lo más básico”
Jenni Hermoso, de 33 años, es la máxima goleadora histórica de la selección española, con la que regresó en octubre anotando el tanto de la victoria sobre Italia en la Nations League. Pero más allá de sus éxitos sobre el césped, la jugadora se ha erigido en un referente de la denuncia contra el machismo que aún impera en el mundo del fútbol.
“Nosotras hemos vivido la lucha por la igualdad. Nos han llamado caprichosas por pedir lo más básico, como un salario mínimo o respeto“, lamenta Hermoso.