Por Arturo Castro
PELÉ, INMORTALIZADO COMO EL MEJOR, PASÓ LA CORONA A UN JOVEN MARADONA, QUE TENÍA TODA UNA CARRERA POR DELANTE
Hablar de Pelé y Maradona es hablar del mismo futbol, los dos reyes de la pelota, los emperadores del juego, los dos extraterrestres que marcaron un antes y un después en el futbol. Y pensar que se conocieron sin saber lo que serian hoy.
En un ya lejano 9 de abril de 1979, un joven Diego Armando Maradona, con 19 años, jugaba para Argentinos Juniors, y un consagrado O Rei Pelé, a sus 39 años, ya retirado y reconocido mundialmente como el mejor jugador que se había visto hasta entonces, cruzaron su camino gracias al periodista chileno Guillermo Blanco, que trabajaba para El Grafico.
Guille había buscado de todas las maneras posibles poder cumplirle el sueño a un joven Diego, de conocer a Pelé; Blanco había escuchado en una playa uruguaya que Maradona soñaba con conocer a O Rei, pero no lograba que coincidieran en tiempos. Hasta que en un partido, Guillermo se acercó a Maradona y terminando el juego, se lo llevo a Copacabana sin saber que le esperaba a Diego.
Llegaron a Brasil, y lo que sucedió quedara marcado como uno de los mejores momentos que la pelotita nos ha regalado. “Nos sentamos en el sillón. Pelé lo abrazó, charlaron, todo muy ameno, una hora. En determinado momento, Pelé agarró la guitarra y cantó unas canciones… Estaba muy bueno todo realmente, pero después se puso un poco profundo”, contó Guillermo.
Pelé tenía algunos compromisos, por lo que la reunión duró poco más de una hora; ya llegando el momento de la despedida, Pelé sacó unos regalitos que le había llevado al Pelusa. La camiseta de Brasil y un balón autografiados, un reloj para que se lo llevara a alguno de sus hermanos, y para cerrar con broche de oro, la medalla del partido de despedida de O Rei con el New York Cosmos.
El momento de decir adiós llego y Pelé le regalo unas palabras que, sin duda, se convirtieron de la bendición del “10” brasileño al futuro “10” argentino: “Diego, que Dios te dé toda la suerte que me dio a mí, que nunca tuve un golpe grande”. Maradona estaba impactado, no creía lo que había vivido. “Yo sabía que era un dios como jugador; ahora también lo es como persona. Por algo es Pelé. Cuántos pibes como yo querrán verlo, tocarlo, cambiar un par de palabras, y yo tuve el privilegio de que hasta me haya dado consejos. Yo veía que Pelé venía hacia mí y no lo podía creer”.
Puede ser que Pelé sentía lo que ese pibe de cabello rizado podía llegar a ser, y que ese momento, hoy inmortalizado como el día que O Rei y D10S se conocieron, era el pase de la corona del futbol mundial, a un joven Maradona. Las cosas que nos regala el futbol, historias maravillosas que quedaran en nuestras memorias por siempre. Gracias futbol.