Por Emilio Zepeda Quintana
EL FUTBOL CELEBRADO A PUERTA CERRADA, MUESTRA UNA REDUCCIÓN EN LA VENTAJA DE LOS LOCALES
El apoyo de los aficionados es de suma importancia para cualquier equipo, especialmente para sus jugadores, quienes suelen darlo todo en la cancha por ellos. Si bien el amor que le tienen a deporte es enorme, la relación que se tiene con los aficionados es una parte importante de la mística del futbol.
Sin embargo, existen otros factores en los que la presencia del público influye. Además de los más evidentes, que son el apoyo al equipo local y la disminución de la moral del rival, también modifica la forma en la que el cuerpo arbitral toma sus decisiones.
Durante el mes de diciembre, el gobierno británico permitió la reapertura de los estadios con un aforo máximo de 4,000 espectadores y solo en aquellas regiones en las que la emergencia sanitaria lo permitiera. Regiones que fueron incrementando su nivel de riesgo como Liverpool, Leeds, Yorkshire y Manchester, no pudieron gozar de ese privilegio.
Pasó poco tiempo antes de que empezaran las quejas en la Premier. El caso más resonado fue el de Marcelo Bielsa, director técnico del Leeds, quien se opuso fuertemente al hecho de que ciertos equipos contaran con la ventaja del público, declarando que la presencia de los aficionados incide en los resultados y por lo mismo debería haber una regla para que todos jugaran en condiciones parejas.
Inglaterra regresó a un confinamiento estricto y se prohibió el acceso del público a los estadios, pero la protesta de Bielsa demostró tener evidencia cuantitativa a favor. El doctor en Economía, Carlos Cueva, decidió estudiar de forma metódica el impacto que tenía el público en los partidos de futbol. Se había realizado un estudio similar en 2001, pero no había sido posible aislar el componente del público con tanta eficacia como ahora.
El estudio de Cuevas consistió en analizar 230,000 partidos disputados en condiciones normales de 41 ligas profesionales de 41 países distintos entre 1993 y el 2020, en comparación con los 2,749 que se jugaron con un cierre total o parcial en 28 países.
Los resultados arrojados por el estudio demuestran que los equipos locales, antes de la pandemia, tenían un porcentaje de victoria del 45%, frente a un 29% en favor del visitante y un 26% que terminaba en empate. Durante el cierre de los estadios, los equipos de casa ganaron solo el 41% de los encuentros. De igual forma la victoria de los visitantes incrementó a 33% y los empates se mantuvieron igual.
La ventaja de la localía se vio reducida en la mitad, pasó de ser una diferencia de 16 puntos entre las victorias del local y el visitante, a solo 8 . Esto se debe a varios factores, pero el más significativo es la presión que sufre el árbitro y cómo esta altera las decisiones que toma.
El estudio de 2001 determinó que es más probable que el árbitro modifique el tiempo agregado a un partido para favorecer al equipo local. En esta ocasión también se pudo medir un aumento en la cantidad de faltas, las tarjetas amarillas y las tarjetas rojas. Sin la presión del público, el silbante señalará un 10% más de faltas, amonestará a jugadores un 22% más y será expulsado un 33% adicional. Todo lo anterior en cuanto al equipo local, las estadísticas del visitante no presentaron cambios significativos.
La muestra de los partidos durante la pandemia también incluyen encuentros en los que el cierre fue parcial. En estos casos, la mínima presencia de aficionados en las gradas restituye la presión que sufre el árbitro y el margen de ventaja que tienen los locales es muy similar al que presentaban antes de la emergencia sanitaria.
En la Premier es en donde más se reduce la ventaja para los locales (de 16 a 5 puntos), justificando las quejas de Bielsa. El estudio resultó ser muy revelador y extrapolable a cualquier liga del planeta. Por lo mismo merece ser tomado en cuenta por las distintas autoridades del futbol para no dar ventaja a nadie y que la competencia no se vea sesgada por factores ajenos al deporte.