Por Victor Cruz
Mucho morbo y expectativa había generado el América- Pumas durante toda la semana, porque ahora verían a Nico Castillo del lado águila, aún con su pasado puma. Se esperaba que fuera a ser de lo más relevante en el juego, sin embargo nunca apareció.
Desde el primer tiempo le costó bastante meterse al juego, mucho tiempo se mantuvo caminando, varias veces le ofrecieron la pelota pero incluso hasta le costaba controlarla y cuando tenía tiempo y espacio no sabía qué hacer.
De tratar de hacerse participe del juego pasó a ser un fantasma que en el segundo tiempo se conformó con estar dentro del área, aislándose por completo de las oportunidades que al América le costó encontrar y que nunca pudieron culminar. Mal partido del chileno.