Ya pasaron nueve años desde aquel curioso incidente donde una pelota de playa le metió un gol al Liverpool. No juanáticos, no es choro, en realidad pasó. Una pelota desvió la trayectoria del balón que iba a las manos de Pepe Reina después de un tiro de Bent.
El peculiar suceso provocó indignación y furia por parte de los aficionados Reds, mientras que los del Sunderland estaban muertos de risa por lo que pasó y festejando la anotación.
Lo más chistoso de todo esto fue que el único tanto -que no debió contar- fue justo este autogol, porque, además, la pelota tenía el escudo de Liverpool.