Por Leo Salazar
En cuanto se activa Zlatan en su fase de chamaco insoportable, nadie lo detiene. Una vez que se detona su carácter explosivo para ser el chico malo del salón, ¡cuidado! Ya mostró en la MLS que sabe dar descontones, pero es apenas el comienzo de un amplio repertorio que no tarda en presumir con LA Galaxy.
1.- Protestas contra la Filosofía
Si a algún entrenador se le ocurre compartirle una profunda visión del juego mediante frases o conceptos, el monstruo sueco estallará en cólera. Odia a los filósofos del futbol, así que aguarden el instante por saber quién será el primero en merecer su incontinencia verbal.
2.- cátedra para hablar de él en tercera persona
Jamás se refiere a sí mismo en primera persona. El uso del “yo” no existe en su vocabulario. Para que el resto de la gente lo entienda, Ibra es capaz de repetirlo con enojo o desprecio. Pobre del que se atreva con llevarle la contraria en este aspecto.
3.- enojarse con reporteros
Como ahora no lo dejarán en paz con la roja que le mostraron, su chip contra periodistas deportivos se enciende. Hablarles en un idioma distinto al que dominan, reírse sin responder a una pregunta o molestar con comentarios que ni al caso, forman parte su estilo para expresar desdén a la prensa que no le cae bien.
4.- patadas de cariño
Que le pidan una charla a Cassano para que les cuente sobre tener que soportar las manifestaciones de alegría que tiene Ibrahimovic. A partir de ahora, sus compañeros evitarán hacer goles o acercarse a los medios para no ser víctima de una caricia karateca.
5.- Gusto por los manotazos
Es necesario reiterar que al ponerle pilas al muñeco, el descontrol de Zlatan hace de las suyas. Tiene una cierta adicción por propinar manotazos y zapes. Si algo no le parece de quien lo marca o quiere provocar al rival, fácil, aplica un Eduardo Yáñez sin pensarlo dos veces.