Por Rubens Buenrostro
La pre-lista de Juan Carlos Osorio quedó en el pasado, con sorpresas y rotaciones o sin ellas, México se debe rifar en Rusia, tiene la oportunidad para de una vez por todas alcanzar el tan ansiado quinto partido. En vista de que el profe tiene los cables cruzados y sigue con sus ideologías que nadie entiende, no está de más echarle una ayudadita.
Hacerle un trabajito a los rivales
Porque el futbol también es romance y pasión, llegó la hora de romper el cochinito e invertir en un buen brujo o chamán, de esos que hacen amarres, curan empacho y te trabajan el vudú. Aunque los mexas le puedan competir de tú a tú a cualquier equipo, no está de más darse una vuelta por Catemaco para regar el tepache contra sus rivales.
Aplicar el consejo de Horacio Cascarín
Para fortuna de Carlitos Osorio que le encanta rotar y hacer mil cambios durante los partidos, tenemos la estrategia perfecta para explotar esas cualidades. No se preocupen que la FIFA ni se dará cuenta gracias al profe Cascarín y sus sistema de refuerzos invisibles, así metemos hasta al aguador y ¡Pum! llegamos hasta la final.
Encomendarse a todos los santos
Ser o no ser religiosos, he ahí la cuestión. No se trata de encomendarse al Santo que pelea contra las momias, ni al que ponen de cabeza para que no los manden a la friend zone; no mis juanitolovers, se necesita más que simples fuerzas celestiales. Necesitamos a los únicos e inigualables patronos del Gol, elevar nuestras plegarias para que nuestros cracks puedan meterla al rinconcito, papá.
hacer entrar en RAZÓN al PROFE osorio
De entrada convencerlo que los mexas sí somos buenos atletas, que estamos para romperla en cualquier lado porque por yaytsas no paramos. Acusarlo con su mamá para que le de un buen jalón de orejas y de una vez por todas entienda que no debe seguir inventándole posiciones a sus jugadores.
Esconder las cervezas, el tequila y el Vodka
Por si las dudas, por el bien de Osorio y de toda la nación, debería quedar prohibido el consumo de bebidas embriagantes hasta finalizar el torneo. A un par de hermanos no les gustará esto, pero tienen que justificar su llamado, ¿a poco no Marquito?