Por Asairi Nava
Apoyaron con el corazón a sus equipos desde las gradas en los estadios o detrás de sus televisores, pero terminaron con llanto, enojados o desencajados por ver sus equipos eliminados. ¿Qué terapias podrían tomar para superar el duro golpe al alma que se llevaron? Opciones hay.
Rabietas de su niño interior
Pueden reunirse para hacer berrinches colectivos. Que se tiren al piso, que tiren de golpes a la pared, que pataleen. De esta manera podrán sacar toda la ira que les produjo ver el pobre desempeño de sus equipos.
Clases de artes marciales
Ahora que está de moda Cobra Kai, el tren debe continuar. Sudar la gota gorda con movimientos que creen impensables de hacer les vendría bien para la salud mental, porque levantarían el autoestima y se sentirían importantes, ya no humillados.
ir a un temazcal
Pueden quedarse de ver en algún lugar donde disfruten de una buena sesión de relajación con vapor y calor. Hasta les serviría para hacer apuestas sobre cuál afición es la que más aguanta adentro de uno. Así podrían representar fielmente sus colores aunque salgan en brazos por desmayo producto del calor y la deshidratación. Pueden presumir que ganaron en algo.
Que les den pláticas los cruzazulinos
Los seguidores del Azul son amos y señores para impartir cátedra sobre cómo aprender a vivir con el sufrimiento. Podrían ilustrarse con ellos para aprender a salir adelante de continuas decepciones sin que te afecten burlas de otros.
Apoyar a otro equipo
Si les queda resentimiento por la plantilla que eliminó a los suyos, apoyen con todo al equipo que pueda derrotarlos. No importa que les llamen villamelones, el chiste es ver consumada su venganza.