Por Rubens Buenrostro
Tremendos yaytsas mostraron los pibes del Besiktas al no presentarse a jugar en contra de su archirival el tío Fenerbahce, en protesta por el vandalismo suscitado en la vuelta de la semifinal de copa.
La cosa estuvo así, al minuto 57 del partido, el árbitro suspendió el juego porque la hinchada lanzó objetos al campo que terminaron por abrirle la alcancía al entrenador de las Águilas Negras, Senol Günes -afortunadamente no le tocó agua de riñón-.
Los minutos faltantes debían jugarse este jueves, sin embargo los jugadores del Besiktas brillaron por su ausencia con la intención de entorpecer el torneo, aunque el tiro les salió chueco. El silbante pitó a favor del Fenerbahce concediéndole la victoria por 3-0.
Pero la cosa no termina ahí, el chistesito les salió tan caro que tendrán que regresar todos los premios económicos y no podrán jugar la próxima temporada.