Por Rubén Ramos
Se nos viene el Mundial, cuatro años de espera al fin pasarán. Después del sorteo, empezaron a llover suposiciones o escenarios catastróficos para nuestra querida Selección Mexicana. Imaginemos que se armará algo para tratar de sabotear a nuestro rivales. Nosotros seguro contrataríamos unos buenos chefs para enviarles unos platillos un día antes y así no salgan del baño, seguro les faltarán líquidos, así en los partidos se cansarán muy rápido.
Chiles rellenos
Uno de los platillos predilectos de nosotros se los enviaríamos a las tres selecciones con algunas reservas para la siguiente ronda, imagínense lo que sería para los coreanos probar ese manjar. Seguro aplicarían un Sergio Ramos en plena concentración de su equipo.
Unas quesadillas con mucha salsa
Unas buenas quecas de queso o como quieran decirles pero con mucha salsa, uno de esos platillos fuertes para esos estómagos orientales y europeos. Para rematar, un buen pulque, así nos aseguramos de que además de deshidratados, tengan una buena cruda pulcosa.
Un buen mole con pollo
Este es otro de nuestros platillos preferidos, nunca falta en algunos festejos familiares. Como tiene mucho condimento, es irritable para el estómago, nosotros ya lo dominamos como cracks, pero para unos primerizos vaya que los hará acabarse unos tres rollos de papel.
Pozole
Uno de los íconos de los 15 de septiembre, acompañado de limón y una buenas tostadas es toda una delicia. De cortesía, unas buenas chelas para que también agarren la fiesta, entre el alcohol más lo que se coman, es seguro que les van a faltar líquidos. Van a estar tirando el bofe al minuto diez de los partidos.
Pambazos
Si pudiéramos comer pambazos toda la vida seríamos felices, son más pesados que los comentaristas de televisión para el estómago. Los rivales tendrán que apretar todos los músculos de su cuerpo para evitar manchar su ropa, ni el suero les hará efecto después de todo lo que dejarán en el baño.