Por Rubén Ramos Martínez
A lo largo de la historia del partido Chivas-América hemos visto grandes batallas. Muchos jugadores también han pasado por estos enfrentamientos para marcar diferencia. Hubo una vez donde este duelo se vivió con dos estilos de primer nivel en las bancas, dignos de una Champions League. Los comandantes eran el argentino Marcelo Bielsa y el holandés Leo Beenhakker.
Seguro diste por hecho que Beenhakker dirigía al Ame, pero no es así juanático, porque fue al revés. El tío Leo era rojiblanco y el Loco, azulcrema. Dos entrenadores con experiencia le dieron ese tinte a lo que fue un gran partido que se llevó el Rebaño por tres goles a dos. Muchos de los que leen esto, incluido quien escribe, todavía no nacíamos. ¡Qué suerte tienen los viejos!
El clásico 150 en el Azteca fue el escenario de este particular partido. Fue una gran remontada del Guadalajara después de ir abajo 2-0. Todavía se le decía “Guadalajara” a Chivas. Ambos traían unos equipazos. Eran tiempos en que los tapatíos fichaban a lo mejor de lo mejor del futbol mexa. Las Águilas no se quedaban atrás con su ideología y fichaban a grandes extranjeros.
Nos hubiera gustado ver ese juego. Una plática con mi abuelo acerca de esto, me deja la impresión de que me perdí de una gran época donde los dos más grandes de México practicaban un futbol ofensivo y creativo. Daríamos cualquier cosa por vérselos hoy día.
Los aires de Champions League se respiraron en la última de las temporadas largas. Pfff, no todos los torneos se vive un Bielsa-Beenhakker en un Clásico de Clásicos.