Por: Raúl Garrido
En 1935 se fundó la primera universidad privada en México, la Universidad Autónoma de Guadalajara, en el mismo año en que el general Francisco Franco fue nombrado jefe del Estado Mayor Central en España. Clarence Brown lleva al cine Ana Karenina, la monumental obra de Tolstoi, mientras el premio nobel de química es para Irène Joliot-Curie. El Real Betis gana su primer y único título de la Liga Española por un punto de diferencia con el Real Madrid. Ese mismo año nace en el seno de una familia humilde, que habitaba el 11 de Valley Road, Grove Hill en Middlesbrough Brian Howard Clough.
Fue el sexto de nueve hermanos, uno de los más chicos y con un carácter de los mil demonios desde pequeño. Joseph Clough, su padre, era obrero en una fábrica de dulces, por lo que los caramelos nunca le faltaron al pequeño Brian, pero sobretodo era un ferviente hincha del Boro, pasión que le inculcó a todos sus hijos con la esperanza de algún día ver a uno jugar en el equipo de sus amores. Idea nada descabellada por parte de Joseph.
Brian nunca fue uno de los estudiantes más destacados en el colegio, pero sí destacaba en los deportes como el cricket y el futbol. Con 18 años hizo su servicio militar en la Fuerza Aérea Real (RAF), concluyó y se metió de lleno al futbol ya que a los 11 años no había aprobado el Eleven-Plus y desde entonces hasta presentar su servicio militar laboró como mensajero en la empresa ICI. Pasó por los equipos amateurs como el Great Broughton, el Billingham Synthonia y algo así como las reservas del Middlesbrough.
Fue este último donde finalmente brilló y ascendió rápido al primer equipo que por aquel entonces jugaba en la segunda división de Inglaterra, logró disputar 222 partidos con el Boro y hacer 204 tantos, nada mal ¿eh? Para 1961 el Sunderland pujó por el atacante y luego de seis años Clough emigró con los Black Cats por 42 mil libras, una fortuna para la época. Para diciembre de 1962 se rompió el ligamento cruzado anterior en un choque con el portero Chris Harker del Bury. Clough estuvo año y medio fuera de las canchas y se temió su retiro.
Dos años después de esta lesión volvió a las canchas, jugó tres partidos y se dio cuenta que ya no era más un crack, y que no lo volvería a ser. De ahora en adelante sería un jugador de medio pelo y, eso, Brian no lo podría permitir así que prefirió retirarse antes que ser recordado como un jugador pobre y decadente. Para entonces ya tenía claro que lo que quería era dirigir y de inmediato tomó las riendas del Hartlepools United, era el entrenador más joven con sólo 30 años.
La buena temporada que hizo con el club lo llevó a ser contratado por el Derby County junto a su entrañable amigo Pet Taylor, a quien conoció en el Boro cuando éste era el portero del club. Dos tipos muy diferentes, uno marcaba goles y el otro los tapaba, lo mismo ocurría en el banquillo o fuera de él, Clough era el tipo excéntrico y alocado mientras Taylor guardaba la calma y le devolvía los pies a la tierra al exgoleador.
En el Derby County hizo historia antes de salir por problemas con los directivos con rumbo al modesto Brighton & Hove Albion, sólo como escala tras ser llamado por el Leeds United, su antiguo enemigo, que tras la partida de su némesis Don Revie para dirigir a la Selección de Inglaterra, vio en Clough al sustituto perfecto, por aquel entonces el Leeds United dominaba el futbol inglés. Desgraciadamente la aventura de Clough sólo duró 44 días, pues nunca pudo simpatizar con los jugadores, fieles de Revie, su peor enemigo.
Pronto le llegó una nueva oportunidad para dirigir al Nottingham Forest en segunda división, sin dudarlo aceptó y apenas salvó al equipo del descenso a la tercera división. El siguiente año fue mejor y dos años después estaba de nuevo trabajando con Pet Taylor. Tras lograr el tercer puesto general, el Forest se ganó un lugar en la primera división donde Clough conseguiría lo impensable: campeón de la League Cup venciendo al Liverpool por la mínima y campeón de la Liga, siete puntos arriba del Liverpool.
El Nottingham Forest estaba en el mapa y era temido en Inglaterra, pero Clough siempre había querido ganar la Copa de Europa y lo logró en la temporada 1978-79 cuando venció al Malmö por la mínima diferencia para ser el rey de Europa. Gesta que conseguiría el año siguiente, pero ahora venciendo a uno de los mejores equipos del continente como lo era el Hamburg. Brian Clough había escrito su nombre en la historia del futbol y también la del Forest, bicampeón de Europa.
