Sucedió hace dos años. El Getafe tenía problemas de descenso y dificultades económicas. No tenían dinero para pagarle lo que le debían al gobierno y recurrieron a una solución poco común: ofrecer pinturas.
No nos referimos a las Vinci que venden en la papelería, sino a varias obras de arte entre las que se encontraban: “El torero” de Pablo Picasso, “Rittrato de Uomo con Armadura” de Rubens (¿Sambueza?), “La Madonna y Niño con Santa Ana” de Van Dyck, “Flowers in a Terracona Urn” de Van Huysum, “La Construcción del Arco” de Jan Brueghel II y “El Otoño o la Matanza” de Pieter Brueghel. ¿Nada mal, no?
El diario Marca indica que dichas pinturas son propiedad de Buenaventura Durall Rafols, un coleccionista catalán que se ofreció a pagar la deuda que tenía el club con Hacienda en ese momento.
Como era de esperarse, Hacienda rechazó esa propuesta en un principio, pero después accedió porque emisarios del club fueron con la policía y los acusaron de “negarles el acuerdo sin cumplir todos los trámites”, informa Marca.
Dicha forma de pago es permitida por el gobierno español, siempre y cuando los productos estén registrados en el Inventario General de Bienes Raíces o en el Registro General de Bienes de Interés General.