Hubo un tiempo en el que Andrea Pirlo cautivó al mundo con sus goles de tiro libre. Su recuperación y distribución de balón eran un aliciente para ver los partidos del Milán e Italia. Los dos grandes clubes de España se lo llegaron a pelear cuando estaba en pleno apogeo, pero él no pudo salir: Los rossoneri no lo dejaron.
El interés del Madrid se dio en 2006, cuando Fabio Capello dirigía a los merengues, y Pirlo estuvo a punto de salir del equipo gracias al escándalo de puntos que vivían en la Serie A.
Cuatro años después, el Barcelona de Pep Guardiola decidió intentarlo, pero tampoco tuvo éxito. Milán se negó a venderlo. Ambos equipos, deseados por cualquier futbolista profesional, se habían quedado con las ganas.
En 2011, el Arquitecto pasó a la Juventus, club en el que sería multicampeón. Pero en su cabeza quedó la idea de vivir ese sueño
Ahora, a sus 37 años, parece muy difícil que suceda, pero él ya se encargo de brillar con luz propia usando sus piernas como linternas.