Y Matías Almeyda lo hizo de nuevo. El estratega argentino llevó por segunda vez al Guadalajara a una final de Copa MX… pero esta vez fue más especial; ocurrió echando al rival odiado, al que celebraba un centenario muy ruidoso en los medios pero pobre en lo tangible hasta ahora.
Es verdad que el gol de Alan Pulido fue en fuera de juego, pero Chivas mereció más que el América a final de cuentas porque propuso y se lanzó hacia la portería contraria, mientras el equipo más ganador de México se encerró a piedra y lodo con un planteamiento medroso y pragmático que no va con su estirpe de grande.
Ahora sólo Querétaro se opone entre el Pelado, su rebaño y un título más para las vitrinas del cuadro con más sangre mexicana.
Gallos y Chivas chocarán el próximo 2 de noviembre en la cancha del Estadio Corregidora. La mesa está servida para un duelo de alto voltaje.