Con un dispositivo de seguridad más grande que el del mismísimo presidente, Michael Phelps llegó a Río. No es para menos, es el destino final del deportista olímpico más condecorado de todos los tiempos.

Fue una de las pocas declaraciones que soltó el atleta a su llegada. Río será el escenario en el que se despida después de acumular 22 medallas (18 de oro).

Su plan para el futuro es “estar con mi hijo tanto como pueda para verlo crecer. Ser parte de su vida. Eso es algo que he perseguido y lo demás me da igual. Aparte de eso, me gustaría continuar con mi proyecto de fabricación del que creo es el mejor bañador del mundo; y continuar enseñando a los niños a estar seguros en el agua. Los niños son mi pasión y quisiera pasar mucho tiempo en labores de educación. Ahí es donde siento que se muestra el verdadero Michael Phelps”.
Una bendición para nosotros también…