Gianni Infantino llegó a la cabeza de la FIFA para hacer cambios radicales, desde el principio así fue su discurso. Llegó a un organismo plagado de corrupción y más sucio que la mente de un puberto. Ahora, quiere limpiar el mugrero prometiendo transparencia y apoyo a los países que no les va tan bien.
Desde su llegada, se han cambiado 12 reglas y su siguiente movimiento es modificar el Mundial del 2026 para que 40 países participen en él; en pocas palabras quiere más gente en la pachanga, entre lasnaciones que quiere incluir dos naciones específicas de África.