Lo de Checo Pérez en Mónaco fue un premio a la constancia y el talento que el mexicano ha demostrado en el Principado durante seis años. Desde su llegada en 2011 a la máxima categoría, el tapatío ha demostrado una relación especial con el trazado callejero más emblemático del mundo. En su primer intento logró meterse a la Q3 en un auto totalmente inferior y un accidente desafortunado lo privó de lo que podría haber sido su mejor resultado en su temporada de novato. Los sábados ha sido rápido en la mayoría de las ocasiones –en 2012 avanzó hasta casi llegar a los puntos tras arrancar en la última fila de la parrilla y en 2013 estaba haciendo una carrera espectacular hasta el incidente con Kimi Raikkonen que lo obligó a abandonar– y con Force India no ha sido distinto pues siempre ha pasado a la Q3 aunque no siempre ha podido materializarlo en puntos.
Sus actuaciones en Mónaco simplemente habían sido grandes demostraciones de talento por los autos en los que los logró. Los Sauber, McLaren y Force India que apenas peleaban la media tabla en su momento y, sin embargo, la constante era Sergio poniendo cada rueda en su lugar y logrando tiempos excepcionales que parecían reservados únicamente a los equipos líderes.
Independientemente de los resultados anteriores, Pérez había demostrado un gran manejo en las calles de Montecarlo y era cuestión de tiempo que el podio llegara en Mónaco. Sin embargo, tampoco es casualidad que el tapatío se encuentre en estos momentos como uno de los pilotos involucrado en los rumores para subir a un equipo grande cómo señalábamos desde el principio de la campaña y es que su manejo ha ido mejorando con el pasar de las carreras, fortaleciendo aquellos puntos más débiles que tenía (como las calificaciones) y logrando resultados para respaldar su candidatura. El problema será saber qué asientos podrían estar disponibles pues parece que sólo Ferrari y Williams estarán buscando reemplazos.
No es casualidad lo de Mónaco ni que Checo sea uno de los pilotos listos para dar el siguiente paso, simplemente es algo que ha ido construyendo en cinco temporadas y lo que va de la presente, aprendiendo de los momentos difíciles y, sobre todo, de hablar en la pista, que es donde mejor lo hace el tapatío.