Por: Roberto Quintanar
Ocurrió en el torneo Apertura 2004 y dejó una herida profunda en el Puerto, una que todavía no cierra y sigue provocando dolor en la ciudad bañada por el Golfo.
Veracruz arribaba a la liguilla como líder general y favorito para llevarse la corona. Con jugadores de la clase de Kléber, Christian Giménez, Walter Jiménez, Gustavo Biscayzacú, Braulio Luna y Cuauhtémoc Blanco, el cuadro jarocho había robado la liga y estaba muy favorecido por los pronósticos de cara al duelo de cuartos de final, donde les esperaba el octavo sembrado (noveno en la tabla general por cuestiones de los grupos): los Pumas de la UNAM.
El cuadro universitario, campeón vigente en ese momento, había tenido un torneo lleno de irregularidades y su desempeño parecía distar mucho del equipo que apenas seis meses antes se había coronado. Muchos aficionados y periodistas deportivos consideraban que el conjunto de Hugo Sánchez, entrenador auriazul de ese entonces, no tenía el nivel para repetir la gesta del Clausura 2004 lo veían como víctima segura de un potente Tiburón Rojo.
Pero si bien la frase “la liguilla es un torneo aparte” pareciera un lugar común, nunca antes aplicó de forma tan certera como en esa ocasión. Pumas borró al cuadro jarocho en la ida venciendo 3-0 con dos goles de Joaquín Botero y uno de Jaime Lozano. Ya con esa ventaja, sobrellevar la vuelta en territorio veracruzano no fue muy difícil para los del Pentapichichi; el primer tanto del cuadro local llegó hasta el minuto 87, obra de Biscayzacú… pero cualquier intento de regreso milagroso fue fulminado un minuto más tarde por Diego Alonso. La eliminación de Veracruz estaba consumada y Universidad inició su camino al histórico bicampeonato de 2004.
Han pasado 11 años y los dos equipos volverán a chocar en la fiesta grande, justo en la misma instancia pero con los papeles invertidos. Pumas fue el mejor del torneo regular Apertura 2015 y enfrentará a un Veracruz que arriba como octavo lugar y, según los pronósticos, víctima segura de las garras y fauces del cuadro capitalino.
Aunque luce muy difícil que Veracruz tome revancha, la historia muestra que en la Liga MX prácticamente todo es posible. En el Puerto hay sed de venganza deportiva y los Tiburones Rojos buscarán cobrar una cuenta que por once años tienen pendiente con los del Pedregal.