El Real Madrid se mete en un lío. SI el martes salvó el partido por la falta de puntería del PSG, el Sevilla no perdonó tanto y castigó a un Benítez sin capacidad de respuesta alguna. Si ante los franceses se salvaron, ante un Sevilla entregado, el equipo madridista se dejó llevar hasta estar muy cerca de la humillación deportiva. Ni el gol de James en el último minuto sirve para aliviar el dolor.
Benítez ya sabe lo complicado que es dirigir a este Real Madrid. La vuelta de Bale significó la salida de un más que notable Jesé del once titular. La posterior aparición de James, llevó a Isco al banco cuando el equipo madridista más necesitaba del talento del malagueño. ¿Les suenan estos cambios? Algún día alguien explicará porqué en momentos de apuro siempre juegan los mismos.
Ramos se tuvo que retirar tras marcar uno de los goles de La Liga. El hombro izquierdo no le deja ser el de siempre y en cuanto fuerza, se resiente. Ante el Sevilla se marcó un espectacular remate de chilena, pero la consecuencia llegó en forma de nueva lesión y lo que es peor para el equipo de Benítez, en una pérdida brutal de sitio. Desde que se fue el capitán, el once perdió el rumbo por completo.
A partir de ese momento y con ventaja del Real Madrid en el marcador, el equipo dimitió por completo. La presión pasó a mejor vida y la solidaridad mostrada hasta ese momento, se convirtió en una quimera. Cada uno a lo suyo y los del Sevilla que empezaban a parecer aviones ante unos madridistas que se limitaban a ver pasar a los jugadores de Emery.
Bale y Ronaldo son dos enormes jugadores, pero Benítez ya ha comprobado que con los dos en el terreno de juego, mantener el equilibrio es más que complicado, más diría yo que imposible. El Sevilla supo sacar provecho de esa desconexión y un fallo de Casilla le metió en el partido con el empate antes del descanso.
La segunda parte fue un monólogo sevillista. Konoplyanka en una banda y Tremoulinas en la otra, llegaban hasta la línea de fondo una y otra vez. Levantaban la cabeza y buscaban al compañero. ¿Les suena? Y si algún madridista intentaba sacar los pies del tiesto, por allí aparecía Krychowiak para ponerles en su sitio.
Llegaron el segundo y el tercero y casi llega alguno más. El Real Madrid aparecía de vez en cuando, pero si pasaban al polaco, aparecía Sergio Rico para terminar de amargar la vida a los madridistas, que ya saben lo que es perder en esta temporada. Tres goles a dos es el resultado de la primera derrota blanca, la misma que maquilló James y que pudo ser más abultada.